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En verano, el césped está sometido a un mayor estrés y desgaste. Mediante el uso de productos tecnológicamente avanzados y la práctica de unas sencillas medidas, podemos seguir disfrutando de los beneficios del césped, al tiempo que favorecemos su endurecimiento y mejoramos su aspecto.
Para simplificar el concepto, podemos decir que todas las acciones deben ir encaminadas a proteger el sistema radicular de la fuerte insolación y minimizar el estrés sobre el aparato foliar.
EL CÉSPED EN VERANO: ALTURA DE CORTE
Independientemente del tipo de uso (deportivo, decorativo, etc.), es conveniente aumentar la altura de corte en verano. Aumentar la altura a 45-50 mm para los céspedes recreativos y a 30-35 mm para los céspedes ornamentales aumentará el sombreado de la corona y las raíces, protegiéndolas de las quemaduras solares y de la evapotranspiración excesiva.
El intervalo entre cortes puede alargarse a 7-8 días y, para evitar un efecto de estera, nunca elimine más de 1/3 de la longitud de la hoja por corte.
EL PAPEL DEL RIEGO
Demasiada agua es más perjudicial que muy poca. En verano, tendemos a aumentar el aporte de agua al césped, olvidando que ello favorece el desarrollo de muchas enfermedades fúngicas destructivas difíciles de controlar y una mayor compactación del suelo.
La capacidad del suelo para recibir y almacenar agua adecuadamente viene determinada por sus características estructurales. Por esta razón, el suministro de agua debe estar relacionado principalmente con este factor, sin dejar de considerar otros como la temperatura exterior, la composición de la mezcla de semillas, la exposición al sol, etc.
Para evitar excesos hídricos perjudiciales, puede ser útil seguir...
